sábado, septiembre 23, 2006

Dolor

La razón por la que el whisky es la solución última, la más apropiada, la mejor: la sensación de poder encerrarse en uno mismo mientras el mundo afuera colapsa en una nebulosa. Qué terrible, sin embargo, contemplarse uno mismo en el espejo del whisky para descubrirse más solo que nunca; qué difícil verse y descubrir, ya sin posibilidad de mentirse ni uno mismo, que solo somos un alma contemplando la verdad en un vaso vacío. Que el whisky se termina y el reflejo de nuestra soledad perdura.

lunes, septiembre 04, 2006

Salud, André

Uno fuma un cigarro y mira a través de la ventana y se da cuenta inmediatamente de lo difícil que es la vida. No pongo en tela de juicio si es hermosa o no. Pero es difícil, es verdaderamente difícil. Uno se da cuenta que las cosas han cambiado y siguen cambiando mientras el cigarro se consume, que un momento puede hacer la diferencia de una vida para alguien. Todo mientras uno se fuma un cigarro y pierde el tiempo (o 5 minutos de vida). Y entonces uno se da cuenta que el tiempo es justamente esa barrera imposible, ese enemigo que nadie puede franquear.

Hoy es un día 3 de septiembre del año 2006. Para algunos habrá sido un día cualquiera, para otros uno especial (recuerdo a alguien que solía decir que cualquier día es especial hasta que te mueres). Pero para mí hoy siempre será el día que una leyenda ha dejado su lugar entre los hombres para encontrar una constelación en la inmortalidad. André Agassi es sólo un tenista, claro. Un deportista, un hombre que no ha hecho nada más que empuñar una raqueta y golpear una pelota por 20 años de su vida. Pero a mí no me importa cómo se gana la gente la inmortalidad. Me importa lo que ésta representa. Y André Agassi es un hombre que le ganó a la vida. Y alguien que ha hecho eso no solo merece respeto, sino algo muchísimo más esquivo: merece admiración. No por lo que ha hecho para el deporte en sí (algo que merece también reconocimiento, pero dejaré eso para los columnistas deportivos de todo el mundo), sino porque Agassi es uno de esos casos raros que inspiran en lo que hacen, pero también en la vida. Y es que este hombre logró lo que para muchos era imposible: desafió las leyes del tiempo, volvió de sus heridas, sus años y su alejamiento de las grandes canchas y se convirtió una vez más en el mejor. Superó lo que muchos juzgaban como ridículo, ganó a jugadores más jóvenes, más prometedores, más innovadores que él... y cuando perdió, murió de pie. Incluso hoy cayó de pie, en un partido que no estuvo tan lejos de ganar él mismo. Y alguien que se retira de esa forma, alguien que ha hecho lo que él hizo en todos los años en que se dedicó a lo que él amaba, no solo ha logrado ganarle a la vida, sino que ha dejado una verdadera estela que mirar para los tiempos en veda.

Hoy es un día triste. Es un día triste porque tener a André Agassi jugando en las canchas de tennis, aunque uno no disfrute el tennis, era una seguridad de que alguien en el mundo había sido capaz de desafiar a la vida en su juego y ganarle. Y ahora al voltear ahí habrá un vacío enorme. Una sensación terrible de que eso que fue fugaz perdurará siempre, pero que sencillamente ya no podremos verlo. Agassi debe sentirse como el general que gana la batalla al día siguiente de concluída ésta. Ve sus botas y va a limpiarlas y se da cuenta que ha logrado algo que parecía imposible, pero que al mismo tiempo, el tiempo se ha devorado la obra y el presente sigue siendo igual de cruel. Y ni hablar del futuro.

Bien, al final la vida siempre gana. Es una cuestión de longevidad, de que ella puede permitirse el tiempo para quedarse aquí todo lo que quiera y nosotros no. Y hoy siempre será un día triste porque la leyenda se ha terminado. Pero hay algo que la vida no sabe: y es que así como hoy ha sido el último día, mañana será el primero. Así que hoy es día de sacar el whisky más fino y alzar los vasos en un silencio respetuoso, de brindar sin celebrar. Y no hay que tener duda alguna: mañana la resaca aparecerá, cruel y endemoniada como siempre. Pero esta vez, mientras las primeras punzadas del dolor de cabeza aparecen, pasará algo que muy pocas veces en la vida se da uno el lujo de decir: "Valió la pena". Y es que los grandes hombres como Agassi logran lo que han logrado justamente porque no les importa el pasado: ellos quieren ver lo que renace de esas cenizas. En un partido de tennis, en una guerra, en una relación, en un día cualquiera. Es triste porque tenemos que despedirnos de eso que nos inspiró, de esos tiempos en que nos sentimos cuidados por un grande. Pero sabemos que él mirará lo que renace.

Bien, sólo puedo terminar diciendo que espero haber aprendido más de una lección de ese hombre magnífico. Inspirar, haciendo absolutamente cualquier cosa, es algo que pocos pueden hacer. Bueno, él lo logró. Y quizás algún día pueda yo retirarme de mis propias canchas y pensar, como quien desafía a la vida, que ha valido la pena; que algunas veces, en algo tan duro como la resaca después de un día terrible, se encuentra el secreto de la verdadera inmortalidad.

viernes, septiembre 01, 2006

La teoría del whisky - fase primera

La fase primera de la teoría del whisky implica categorizar las formas de tomar whisky y complementarlas con rasgos de comportamiento comunes al grupo de bebedores. Para ello, llamaremos a los sujetos "consumidores" y a los modos de tomar el whisky "consumo". El whisky representa a la vida como estímulo externo y la manera de beberlo la manera de afrontar este estímulo, proyectada subconscientemente. En los casos en que se agrega otros ingredientes (variable y), se trata de las conductas y mecanismos desarrollados de manera interna por los sujetos para contrarrestar los hechos puntuales que le desagradan de la vida. Luego, en los casos en los que no se agrega nada o se agrega más whisky (variable o), el consumo es analizado ya no como un mecanismo de afrontarla, sino de integrarse a ella tal cual se le percibe. Dicho esto, pasamos a la categorización de los diferentes consumidores de acuerdo a su tipo de consumo:

Consumo con coca-cola (WyC) - Los consumidores WyC son aquellos que, incapaces de aceptar que no les gusta el whisky, tratan de mostrar a la sociedad que también pueden consumirlo. Este tipo de consumidor tiende a preocuparse mucho respecto a su imagen frente a los demás y al juicio de valor que otras personas puedan tener respecto a ellos. Suelen ser dubitativos, ya que necesitan recurrentemente la opinión de otra persona (sea esta una autoridad en la materia o no) para llegar a tomar una decisión. Gustan de planificar (muchas veces en exceso), son dependientes y a menudo obsesivos. Afrontan la vida como algo incómodo, pero no lo demuestran. Por el contrario, buscan adaptarse a las reglas de los demás, por lo que muchas veces cambian su propia opinión o la modifican para favorecer la aceptación social. Son sumamente sociables, pero dejan percibir sus características rápidamente y por lo tanto inspiran necesidad de protección, lo cual puede ser explotado por otras personas. En sus mejores aspectos, el consumidor WyC es previsor y meticuloso; en sus peores, dependiente, inseguro y obsesivo.

Consumo con agua (WyA) - Este consumidor gusta de agregar un ingrediente al whisky que diluye su sabor pero sin reemplazarlo por uno distinto. Esto se interpreta como una persona cuyo principal mecanismo de control consiste en buscar equilibrio. Esta persona "agrega" tranquilidad a todas las situaciones exaltantes, buscando diluir la emoción con la calma suficiente para poder disfrutar plenamente de la vida. Por ello busca tener control sobre todas las situaciones que afronta, pero nunca de una manera que considere agresiva, o forzada. El consumidor WyA se guía por una dicotomía interna que puede comportarse de manera complementaria o simétrica en distintos momentos de su vida: el yo pasivo (representado por el agua) y el yo activo (representado por el whisky). Mientras más agua agregue el consumidor WyA al whisky, tenderá más hacia la pasividad (la medida estándar o punto de equilibrio medio es duplicar la cantidad de agua por cada dos dedos de whisky). Son personas que gustan de tomarse su tiempo antes de tomar decisiones o ejecutar acciones. No son excesivamente sociales, pero disfrutan la compañía de los amigos cercanos, y su sociabilidad está directamente ligada a su yo predominante (es decir, son más sociables mientras más marcada es su tendencia a ser activos). Cabe señalar que su yo predominante puede variar en distintos momentos de su vida, en cuyo caso cambiarán también la cantidad de agua del whisky que beben. En sus mejores aspectos, el consumidor WyA es calmo, reflexivo y analítico; en los peores, indeciso y oscilante.

Consumo con hielo (WyH) - Este consumidor disfruta tanto de la emoción y de la intimidad como de las reuniones sociales. Sin embargo, suele ser cerrado en sus verdaderos sentimientos y busca denotar fortaleza o seguridad (cosa que no le es difícil conseguir, pese a que no siempre se encuentre emocionalmente seguro), y muchas veces sus sentimientos son considerablemente más profundos de lo que saca a relucir. Socialmente, se trata de individuos activos, ligeramente demandantes con las personas que los rodean, y capaces de ser exageradamente desprendidos o egoístas, muchas veces sin percatarse. Al igual que en el caso de los consumidores WyA, mientras más hielo agregan a su whisky, más marcados son los rasgos de su carácter WyH. De mente elaborada y carácter estable, este consumidor suele ser terco y de principios firmes, con un sentido estricto de valores que pueden tanto ser autónomos como sociales, pero que una vez incorporados practica como leyes de vida. En sus mejores aspectos, el consumidor WyH es centrado, consecuente y fiel a sus principios; en los peores, terco, de mente cerrada y falso.

Consumo con energizantes (WyE) - Para este tipo de consumidor, la vida no necesita absolutamente nada más que emnoción para estar completa, por lo que prefiere la cantidad a la calidad (busca el efecto del alcohol del whisky por encima de cualquiera de sus otras virtudes). Por ello suele ser optimista y alejarse de los problemas y es capaz de aburrirse rápidamente si las cosas no son propensas a la recompensa inmediata. Suele tomar sus decisiones de manera rápida y espontánea, sin preocuparse demasiado de si los resultados no son como los esperaba, pues no pierde el tiempo lamentándose y el olvido le es sencillo. Socialmente suelen ser personas muy aceptadas y divertidas; sin embargo, les cuesta lograr relaciones profundas y, en general, llenar aspectos significativos de su vida. Sus características hacen que muchas veces lastimen a la gente que les rodea, intencionada o desintencionadamente, pero debido a su falta de arrepentimiento y retrospectiva, no son indivuduos propensos a las disculpas, lo cual les provoca constantes roces con otros. No suelen mostrar sus verdaderos sentimientos, pues prefieren obviarlos y solucionarlos a través de otras áreas de su vida. En sus mejores aspectos, el consumidor WyE es desprendido, divertido, espontáneo y relajado; en los peroes, frívolo, descuidado, temeroso de la confrontación e inmediatista.

Consumo puro (o plain) (WoP) - Este tipo de consumidor es altamente receptivo y ve a la vida como una fuerza de la cual poco puede ser modificado, por lo que prefiere tomarla como es antes que tratar de controlarla. Suele cuestionarse al respecto, pero acepta las cosas que no puede cambiar y busca elegir por sí mismo las cosas que sí. Por eso procura siempre estar informado antes de tomar decisiones y conoce mediana o expertamente el tema (el whisky) que aborda. Socialmente es un individuo carismático, que en algunos casos es muy activo y en otros más bien tranquilo, pero nunca pasa desapercibido, pues posee un espíritu interesante por naturaleza. Debido a que cree firmemente que las cosas tienen una razón de ser (pese a que esta no siempre pueda ser descifrada) o que carecen absolutamente de ella, cuando cuestiona los sucesos de su vida lo hace con el único fin de disminuir el margen de error ante la posibilidad de haber llegado una conclusión errada. Suele ser consecuente debido a que ha analizado previamente las situaciones en que se involucró, pero no gusta en absoluto de equivocarse y su peor temor suele ser la frustración. En sus mejores aspectos, el consumidor WoP es adaptable, estable e informado; en los peores, fatalista, frío y poco creativo.

Consumo de whisky doble (WoD) - Este tipo de consumidor busca disfrutar cada momento hasta el límite y trata de optimizar el triángulo tiempo-calidad-cantidad. No se conforma nunca, es emprendedor y firme en sus decisiones y acciones. Suele ser muy creativo, por lo que no le cuesta adaptarse a situaciones nuevas; sin embargo, no le gusta que las cosas no salgan a su manera. Este consumidor suele ser muy intenso y apasionado con sus actividades, ya sea en situaciones positivas o negativas. No se preocupa demasiado del equilibrio, pues posee un balance natural, ya que puede disfrutar mucho con muy poco, aunque también sufrir de esa manera. Socialmente es una persona llamativa, aunque algunas veces puede resultar incomprendida e indescifrable para muchos. Suele ser excesivamente modesto u orgulloso, o incluso oscilar entre esos dos polos en distintos aspectos de su vida. Se entusiasma fácilmente y rara vez tiene emociones solo pasajeras; sin embargo le cuesta olvidar cosas que pueden terminar por hacerle daño. En sus mejores aspectos, el consumidor WoD es apasionado, independiente, luchador y creativo; en los peores es exagerado, orgulloso y vulnerable.

Consumo mixto (WoM) - Los consumidores WoM son aquellos que, o bien no siempre consumen el whisky de la misma manera (no nos referimos a que eventualmente hagan excepciones, sino que cambian su consumo de manera significativa); o bien suelen hacer alguna combinación con los tipos nombrados anteriormente. Por ello, el consumidor WoM se divide en consumidor WoM variable (WoMV) y consumidor WoM constante (WoMC).

En el caso del consumidor WoMV, se trata de personas que adoptan diferentes filosofías de acuerdo a su momento de vida. De acuerdo al tipo de whisky que tomen para cada momento, adoptan siempre las mejores y peores costumbres de cada uno, ya que suelen ser bruscos y radicales en sus decisiones y cambios de perspectiva. Por ello consideran que la facultad de cambiar rápidamente es lo principal, y que se debe estar preparado para este oscilar constante, ya que de no hacerlo uno mismo la vida misma forzará la situación sin dejar un margen de decisión. Este consumidor suele ser extravagante, y ni sus amistades más cercanas creen conocerlo realmente. Su vida social depende de su momento de vida, por lo que siempre es una icógnita si requiere, desea o desdeña a sus amistades o incluso la necesidad de relacionarse con otras personas. En sus mejores aspectos es innovador y experimental; y en los peores inmaduro, volátil y barroco, pero puede sumar o modificar estas cualidades con cualquiera de las demás que adopte.

El consumidor WoMC, por otro lado, sólo se da en combinaciones limitadas, las cuales pueden ser: hielo y agua; hielo y doble; energizante y hielo; y coca-cola y hielo. En esos casos, combina aspectos de cada uno de los consumos de manera simbiótica, y crea una mecánica simétrica o complementaria para esta combinación. Es decir, toma los mejores aspectos de un consumo y los peores del otro; o bien los mejores y peores de de ambos. En sus mejores aspectos, el consumidor WoMC tiene una gran variedad de cualidades, y en los peores, de defectos.

No consumo (NoW) - Este consumidor, definido más bien como un no-consumidor, toma las características del consumidor que le correspondería de tomar whisky. El hecho de que no consuma recurrentemente whisky, no impide que tenga preferencia por algún tipo de consumo antes que por otro. Sin embargo, debido a que este consumidor tenderá normalmente a diluirlo de alguna manera, el análisis deberá ser todavía más profundo. En el caso del no-consumidor, el análisis no deberá hacerse respecto a su manera hipotética de beber whisky, pues, sino de su manera efectiva de hacerlo. Para ello, la comprobación empírica más efectiva es embriagarlo con algún otro tipo de licor y luego pedirle que beba el whisky de alguna de las maneras nombradas anteriormente. De no aceptar, debemos considerarlo por asociación como un consumidor WyH, con el agregado particular de la obsesión por el control y la búsqueda de verdades absolutas. En sus peores aspectos, al no-consumidor no le gusta el whisky y debe ser contemplado como un sujeto peligroso y propenso a la coacción.


Con esto hemos cubierto las bases del análisis de la conducta humana en base a la teoría del whisky. Sin embargo, el fin de esta teoría no es la comprobación empírica, por lo que sus implicancias serán explayadas a través de consecuentes categorizaciones en entradas posteriores.

La teoría del whisky - fase aclarativa

Habíamos anunciado anteriormente esta teoría. Pues finalmene aquí la tienen. La mayoría de ustedes se sentirán decepcionados: pensarán que se trata de otra absurda categorización taxativa sobre el carácter de las personas. Sin embargo, debo advertirles que no hay nada de taxativo en esta teoría. Y la razón es simple: el sistema utilizado parte del siguiente concepto: es posible asociar a la totalidad humana en grupos de distintas caractersticas en tanto y en cuanto se acepte que dicho grupo no contradice a ninguna otra categorización. íEs decir, en un universo cerrado donde no existen más categorizaciones que las del whisky, estas normas se deben cumplir. Y esto es válido advertirlo porque haremos otras categorías en las cuales incluiremos esta categorización a priori. Ergo, la no contradicción es un hecho destructivo y nocivo para la teoría, pero no puede darse porque nuestro sistema no es un sistema de oposiciones. Por lo tanto, si empíricamente un sujeto posee un comportamiento X que es contradictorio con su manera de tomar whisky, habrá que tomar categorizaciones posteriores y más evolucionadas de la teoría del whisky para hacer un análisis más completo. Esta es la base de la teoría del whisky. Disfrútenla, de ser posible, con el trago en cuestión a un lado, ya que el recorrido puede provocar sed. Y recuérdenlo, estos rasgos primarios han sido observados con detenimiento, su posterior distorsión o los aspectos fenomenológicos de la realidad que la contradigan serán tratados en una entrada aparte, donde explicaremos con más detalle los postulados surgientes de la teoría del whisky en esta, su fase inicial.

Tragos y castigo

La resaca es una forma de la vida de hacerte recordar que si llegas a salir de la realidad por un par de horas, el regreso no será gratuito. El punto es que la vida no quiere que le pierdan el respeto, y el alcohol, como desinhibidor que es (actúa directamente sobre la corteza cerebral), provoca exactamente eso: que no haya necesidad de respetar a algo que de cualquier otra manera temeríamos. Pero para eso la vida tiene a la resaca: es su arma de revancha más elegante contra los que quieren pasarse de listos.

Algunas veces, cuando vamos por ahí tratando de que la vida no nos pase por encima, descubrimos que estamos enfrentándonos a algo terriblemente superior a nosotros. La analogía me viene de un partido de tennis que vi ayer, uno en el cual uno de los jugadores era claro favorito: más joven, mejor rankeado, más talentoso. Y el otro jugador lo sabía. Creo que la lección es que, justamente, eso es lo que hizo que ese jugador en inferioridad terminara jugnado uno de los mejores partidos de su carrera: que no tenía nada que perder. Jugó por encima de su nivel, exigiéndose al límite en cada golpe, arriesgando cada punto. El caso es que logró dar una de las mejores batallas que se podrían haber dado en su lugar, porque, algunas veces, cuando no hay nada que perder, sencillamente uno se puede dar el lujo de jugar agresivamente y arriesgarlo todo. Pero lo cierto es que el favorito ganó el partido. Como era de esperarse.

Bien, la lección no está cerrada y no pretendo cerrarla tampoco, porque finalmente dependerá de cada quién la conclusión que se quiera sacar. Y es que esa embriaguez debió ser hermosa, poder jugar como nunca antes se hizo. Pero la resaca seguirá sabiendo a derrota. Y nadie más que ese jugador puede saber si el balance final sabe a gloria o a polvo. Pero quizás no necesitamos preguntarle para descubrir que, así como la revancha siempre llega, la verdadera vida no consiste en salir impunes, sino en haber cometido el delito.

Resaca

La magnitud de la resaca será directamente proporcional a la magnitud del problema que nos impulsó a tomar en primer lugar.

Existen múltiples causas para la resaca, todas las cuales incluyen respuestas del organismo a las reacciones químicas del etanol, la producción de encimas del hígado, etc. Sin embargo, estudios recientes muestran que la mayoría de sujetos afectados por este mal, no presentan interés alguno en entender las causas y reacciones químicas provocadas por la resaca.

Las recomendaciones mundanas más aceptadas son: no consumir alimentos que pudan irritar la mucosa estomacal (café cargado, ají y condimentos), consumir alimentos ricos en fibra (legumbres, cerales, frutos secos, yogurt), dormir y beber cantidades de agua (esto rehidratará el cuerpo, que ha perdido vitamina B1, lo cual provoca sed). Nótese respecto a este último consejo, que la sed NO debe ser tratada con más alcohol.

Recuerde que estos consejos sólo ayudarán a aliviar los síntomas físicos de la resaca. Y todos coincidiremos en que detrás de una resaca hay más que una resaca. Para bien o para mal. Su padecimiento, por lo tanto, puede ser intratable en algunos casos.