Por: Gladys Segovia Baldwin
Este libro significa mucho para Editorial Arkabas, en primer lugar porque es el primer libro que editamos y solo por eso ya no sería necesario seguir enumerando razones. Sin embargo tengo algunos detalles que quiero contarles, así que espero que sigan leyendo lo que escribo, porque está entretenido.
El proceso de edición no estuvo exento de problemas, como todos los procesos en los que uno desarrolla alguna idea, pero los problemas no surgieron del manuscrito propiamente (pues Daniel tiene una manía exagerada por la perfección en sus textos), sino porque el proyecto en común significó una adecuación de ambos como seres humanos y como editora-escritor. Y eso, precisamente, no fue fácil. Felizmente para todos, los obstáculos se superaron ampliamente debido a nuestra buena disposición y por el deseo inequívoco de hacer que Arkabas se convierta en una gran editorial. Los detalles me los reservo y así los privo de saber todo, porque no sería elegante, en primer orden, y en última instancia porque disfruto no revelando los secretos arkabianos.
A mil metros del invierno, para Editorial Arkabas, significa el final del comienzo y eso es decir bastante, porque hemos trabajado mucho para llegar a este punto.
En cuanto al libro propiamente dicho, tiene también un significado parecido en el contexto de la vida de Daniel, a quien le pido licencia para hacer este comentario, pues me atrevo a entrever en su mundo interno y poner en la red algunos detalles de su vida. Daniel escribió el cuento "A mil metros del invierno" en el 2002, y ganó el certamen organizado por Casa América, “Cuento contigo: Nuevas voces jóvenes”, y al año siguiente ganó una mención honrosa con el cuento "La muerte y el reloj". Luego se fue a Buenos Aires a estudiar Edición y se negó a volver a publicar por aproximadamente cuatro años, hasta Rigor Mortis y, ahora, A mil metros del invierno. Para Daniel, A mil metros del invierno representa una conciliación consigo mismo y con los cuentos que no llegaron a publicarse en Lima por razones que no me puedo explicar. Y así, este libro se convierte para el autor en un volver a comenzar.
Este libro trae cuatro cuentos, cuatro epílogos individuales para cada cuento y un epílogo final. Y es precisamente este esquema el que hace aun más interesante al libro, pues los epílogos permiten ver el proceso de creación del autor. Nos muestran la forma en que Daniel procesó el medio que lo rodea para transformarlo en su literatura.
Y empiezo por el final porque es el cuento que prefiero entre los demás del libro. "Búsqueda de rosas blancas" me gustó mucho y me encantó cuando, conversando con Daniel, me contó los detalles de trastienda de la historia. Y así como conversando, nos propusimos encantar a los lectores con las historias escogidas para la publicación y darles la estocada final (del encanto claro) con los epílogos que descubren los secretos del autor.
"Retrato de Gracia" me da miedo porque representa un estado en el que cualquiera puede resbalar. Pensar que podemos quedar atrapados en un mundo privado y escogido por nosotros del cual luego no podemos salir es quizás lo más cercano a la locura. Eso es para mí "Retrato de Gracia" y por eso me parecieron tan exactos los detalles que revela Daniel en el epílogo, que por cierto no es explicativo sino anecdótico. Y no digo más porque tienen que comprar el libro y leerlo, porque de lo contrario les aguo la fiesta.
"La muerte y el reloj" es un cuento perturbador, y lo es más para quienes de algún modo hemos estado cerca de ella de una forma u otra, o real o imaginariamente hablando, porque nos recrudece la sensación de ser parte del certero e indefectible final que a todos nos va a alcanzar lo queramos o no.
"A mil metros del invierno", atrapa al lector por el deseo irrefrenable de averiguar si logra o no hacer lo que tanto desea el personaje principal y por eso, y por el gusto de leer la forma de escribir de Daniel, es que llegamos al final del cuento con premura. No porque el cuento esté apurado, sino porque el lector no puede dejar de leer. El final me lo reservo, obviamente, por razones que ya expliqué mas arriba.
Ahora me despido y los dejo con el gusto de entregarles este libro que resulta ser tan importante para los arkabianos. O, más propiamente dicho, para el equipo Arkabas.
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Recomendable: Para cualquiera que esté con ganas de leer cuentos bien hechos, bien estructurados, de muy buena calidad literaria y además entretenidos.
Se lo regalaría a: Antes de pensar en las características del regalado, tienen que considerar que tiene que ser inteligente, porque de lo contrario se queda en nada. Así que, sin más, les digo que se lo regalaría a cualquiera que sea inteligente. Lo demás no importa, porque va bien para mujeres y para hombres, grandes o no tan grandes.
Ficha técnica:
Zúñiga-Rivera, Daniel
A mil metros del invierno - Arkabas
2008
64 p.; 13,5x21,5 cm.
ISBN: 9786034523302
1 comentario:
Tu comentario fue escrito a las 11:11. Bien ahí, Boku.
Agradecer la intervención de Gladys en el blog está de más. Que tu editora tenga tan en estima tu libro no es algo que se puede agradecer, sino a lo que se debe aspirar continuamente, así que más bien va la promesa de seguir por el buen camino, sea cual sea. Espero que nos lleve a un bar de vez en cuando. Para descansar, digo.
Verdad que ha habido turnos difíciles. Pero también es verdad que para eso somos mitad terapeutas y mitad pacientes de esta locura que es la edición y la literatura.
Sobre este libro no tengo mucho que decir aquí. Que lo disfruten, y siempre son bienvenidas las apreciaciones, los comentarios, las preguntas y las críticas.
Y sobre la publicación en sí, qué puedo decir. Ver un libro de Arkabas me emociona más de lo que me he emocionado por cualquier otro logro antes. Los que han estado desde esos años saben. Los que no, no importa. Uno no trabaja para que se vea el esfuerzo, sino sus resultados. Así que va el doble agradecimiento para los que están y los que estuvieron antes. Y claro, para los que siguen estando.
Salud con todos, y que disfruten esta publicación tanto como nosotros hemos disfrutado haciéndola.
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