lunes, mayo 31, 2010

Librería Ys

Y se inauguró. El 27 se abrieron oficialmente las puertas de la librería-café Ys.

De 10 a 8 de la noche en días de semana y viernes y sábados hasta las 11 pm. Ys busca ser un refugio para aquellas obras de gran valor que no necesariamente tienen éxito comercial inmediato. También hay una búsqueda de diversidad temática: los libros de ficción coexisten con los textos académicos de diferentes especialidades.

Visítennos en la Av. Miraflores 291, Barranco.

Web: Ys

miércoles, mayo 12, 2010

El lugar que habitamos

Sabías que no era sencillo, o pensaste que tal vez podías hacerlo mejor. Yo no sé mucho de eso. Afuera las señoras encendían velas para meditar. Nuestros caballeros favoritos dormían en sus casas la tempestad, mientras que tú te interponías entre los disparos. Las balas silbaron al pasarme al lado. Te lo juro, muchacha, no titubeé ni un instante.
Y cerramos los ojos, allí en el remanso, nos cerramos. Queríamos comerlo todo, tragar la luz del sol, exponernos cara a cara con la marejada y los perros que corrían bajo la sombra en la bahía, querías descubrir por qué,
y se supone que debió ser mejor, que esperábamos más que la primera vez.

Pecamos porque te incluía a ti también, porque aunque fuera un trecho largo yo busqué un atajo que cortara a través del mar. En vez de eso alguien murmuraba en la cocina sobre los precios del almacén y lo apolillado de los reposteros y otro lobo aullaba y no era yo...

Nos dejaron todas sus caricias, nos robaron parte de la piel. Los fantasmas se mostraron como sangre que caía desde el techo y mojaba las paredes con un líquido negro y nos empapaban hasta que nos conertíamos en una masa informe de color,
y hubo noches (recuérdalo bien) en que tu ciudad me forzó a verme en la candela, y hubo noches (recuérdalo también) de agua y acertijos y una pinza de tu pelo me formaba estrellas,

pero todas las ciudades se inclinaban. Pecamos porque a nadie le debía una respuesta más que a ti, el mar cedió en su superficie falsa y yo solo te pensaba cuando
no es ningún salvavidas, no. Amor, no hay nadie que me haya habitado
tantas veces.

martes, mayo 11, 2010

Del día fugitivo

Nada tiene salvación, no, nada, nada
nada tiene salvación,
permaneceremos recostados
sobre las espaldas del otro
mientras la noche canta con melismas que desdobla
como nos desdoblamos.

Y me verás correr,
correr a ti, me verás correr,
pero no llegaré jamás, porque nunca he sido
un fugitivo.

No sé por qué crees
que para mí la libertad es sinónimo de huir.

Si urge tanto arder, adelántate tú,
o échame sin miramientos a la llama,
si tanto te urge llegar antes que yo, adelántate
o pierde nuestras proviciones
apostándole al sol de la mañana

cuando nada,
nada tiene salvación.

viernes, mayo 07, 2010

Despierta, mira que es de noche

Te he oído nacer
por vez primera, como a la luz de una pantalla desdibujada por el tiempo.
Me he tomado el trabajo de recogerme, de intentar salvarte,
no,
yo también habría muerto.
Por la noche los temblores de las drogas me suscitan al silencio abierto,
pero nada puede más que la fuerza en las muñecas
y la daga sobre el pecho hirviendo.
Imagíname,
cuando no me ames, imagíname, incapaz de hacerle frente a tantas sombras,
retorcido como vivo en este cuerpo joven que a duras penas puede soportar el golpe
de tantos años de derrota.
Recuerdo que decías "lo andaremos. El camino irá sinuoso y lo andaremos".
Si tan solo tuviera la voz de otra persona, podría ser oído,
nunca me he sentido más pobre que esta noche,
solo en la miseria de mi ser que acampa,
cada vez más lejos.
Las estrellas clarean en un cielo que a la vista se hace inmenso,
plagado de constelaciones que no predicen nada más que otra mala noche
de falsos derroches de alcohol, de viento,
de volverme sobre mi costado para ver las paredes desnudas y tu ausencia.
Discúlpame si he sido torpe, si en mi libertad no existe nada tan valioso
como para comprar el abismo que separa el mar de nuestros lechos de costumbre.
Pero aquí la sombra ya se erige vencedora sobre toda la colina,
los pájaros del día trinan aunque sé no están despiertos, mi aullido quiebra los filamentos de la noche en su melancolía y sé que no me queda mucho tiempo.
Mi piel sigue espasmando para despertar al monstruo que se arrulla sobre mí
y mi ropa está empapada de las lágrimas que mis drogas desintegran;
solamente así, vencido como un ser tullido y repugnante,
me atrevo a clamar mi himno de guerra:
defiéndeme si no es de mí,
perdóname si es lo de menos,
ven si quieres probar cómo se siente,
pero ámame si muero en el intento.

Después de

No sé si caigo en el proceso repetido de ver la vida como una continuación de lo que fue una vez. Como si fuera un escritor mediocre abocado al oficio de componer segundas partes. Y en ese continuo recrear versiones originales de mí, si en realidad he dado ya mi mejor salto en la forma única, espléndida e irrepetible de haber nacido.

miércoles, mayo 05, 2010

Después del encierro

Ciégame en la noche impenetrable,
escúdame en serio, amor,
que las criaturas vigilantes andan rondando los surcos del jardín
y he oído un grito ronco detrás de los portones apolillados y las baldosas de geranios,
ciégame si deseo ver
la criatura inasible que genera todo el canto
que es la noche misma cuando todo tiembla.
Y déjame entrever por tus dedos
mi capacidad de alertar al vecindario.
Salven primero a los niños y las muchachas,
que no corran porque perderán las piernas
si los llega a capturar el íncubo maligno.
De verdad, no dejes de cubrir mis ojos
hasta que cada espacio de mi cuerpo se halle degollado
por las zarpas furiosas de una criatura que encerramos
hace tanto tiempo.
Oigo los golpes de sus pasos, las pastillas no funcionan para atarme al sueño, los consejos son estorbos, las personas nada temen, ya no tiemblan,
pero cuando venga y sepan lo mucho que se han equivocado
ya será muy tarde.
Ciégame para nunca comprender
que su máscara ha sido mi piel durante todo este tiempo,
ciégame para no ver
la devastación que he causado.

domingo, mayo 02, 2010

Mirada (Canción de Lita)

Esta noche el silencio se me ha hecho impropio,
inalcanzable por las paredes anónimas,
descubierto como si no pudiera ocultar mi identidad
en cajas.
Sin medallas que mostrar ni versos en los cuales refugiarme,
sin caballos que carguen el sueño a la presencia del desvarío,
antes del ritual de la navaja y la forma oscura del espejo,
me acosan los recuerdos no vividos.
Pero nunca me enseñaron a decir adiós,
a sentirlo verdaderamente.
Recuerdo solo un intercambio de miradas.
Tú dijiste "qué ojos tan lindos tienes"
y yo, asustado, te miré en silencio sin saber por qué brillabas tanto.
"Realmente son hermosos", repetiste, antes que alguien te llevara del brazo.
La música ha borrado el resto,
nunca pude decirte que los tuyos inspiraban algo cálido,
nunca sabré por qué
nunca llegarás a enseñarme lo que habías visto en mí,
nunca me dirás como un secreto
"ninguno de los otros puede verlos,
ninguno puede oírlos",
nunca hasta que el silencio hubo llegado a devorarte,
pude comprender lo vital
de callar nuestro secreto yo también.