martes, octubre 30, 2007

Toda Mafalda // Quino

¿Oye qué? ¿Pero este no es un blog de literatura? Bueno, sí. Pero qué diablos. Es un blog sobre lo que dan ganas de leer. Y qué es y qué no es literatura es un debate milenario. Y como no pretendo pronunciarme al respecto, mejor me sigo divirtiendo como el día del censo con esta obra extraordinaria.

Lo único malo de reseñar Toda Mafalda, es que creo que ya no hay mucho más qué decir. Que son personajes a todas luces memorables, es casi redundante. Que no han perdido vigencia también. Que hay una adoración casi inexplicable por las tiras de Joaquín Salvador Lavado ya es como repetir alguna frase de algún periódico de alguna de las miles de reseñas que debe haber tenido Mafalda a lo largo de su historia.

Puedo decir, eso sí, que tiene algo de especial meterlos en esta especie de "blog literario", al costado de Kafka, Borges, Cortázar y demás maestros. Y no es que Quino no merezca ese lugar de excepción. Es cierto que la tira cómica dista mucho de la intención literaria como género. ¿Pero importa verdaderamente eso? A veces creo que nos pasamos demasiado tiempo cuestionando el "deber ser" y nos olvidamos de lo que podemos disfrutar en la aceptación irresoluta del ahora. Como un censo que se puede convertir en el mejor día de tu vida si te lo propones. O en el peor si te sientes encerrado. Y quizás eso pasa con este libro. Podemos debatir respecto a su condición en nuestro anaquel personal de libros, o podemos sentarnos a leer y descubrir que, al igual que en las grandes novelas, Mafalda existe no para resolver nuestros problemas, sino para darnos preguntas que nos ayuden a entender las soluciones.

También porque reír es algo esquivo en este siglo. Y porque esta obra ha logrado la inmortalidad del modo más válido que puede hacerlo cualquier obra: golpeando de lleno en la emoción estética. Es decir, porque Mafalda nos conmueve, pichiruchis.

-0-

Recomendable: Toda Mafalda (o sea el libro grande que tiene las 12 tiras y las inéditas), supongo que en tu casa para no cargar semejante bulto por ahí. Pero aplausos para todos los fanáticos que van por los colectivos del mundo con Mafalda en las piernas. Fuera de esa acotación, creo que en cualquier lugar: sala, comedor, dormitorio, baños o cocina. Da igual. Y en cualquier momento. Reírse no es algo que necesite programación.
Se lo regalaría a: Bush, aunque seguro no lo entendería. También a todos los compañeros anti-sopistas que hay por ahí, un salud por nosotros.
Ficha técnica:
Quino
Toda Mafalda - Ediciones De la Flor
2001
658 p.; 21x32 cm.
ISBN: 9789505156948




-0-

viernes, octubre 26, 2007

Censo

El domingo 21 de octubre de 2007, se realizaría un censo nacional de población y vivienda en el Perú.

Se dio orden de inamovilidad para ese día: nadie podría salir de casa.

La orden se terminaba a las 6 pm.

La gente se quejó durante toda la semana previa al censo.

El día del censo, la gente, ansiosa y aburrida, esperaba el fin del encierro.

A las 5:59 las personas se amontonaban frente a la puerta para invadir las calles.

A las 6 todas las puertas se abrieron y la población en pleno inundó plazas, avenidas y locales en su desesperación por librarse de la claustrofobia.

A las 6:05, todos se miraron las caras, dijeron “ahora qué mierda hacemos” y regresaron a sus casas a tomar el lonche.

jueves, octubre 11, 2007

Historias de cronopios y de famas // Julio Cortázar

Justificación paranoica
"Pero... ¿no acabas de reseñar a Cortazar?". Sí, ciertamente, hace poquito escribí ese post sobre Rayuela, pero también es cierto que hace mucho tenía ganas de reseñar sobre Historias de cronopios y de famas y que la ocasión se me presentó. Y además, reivindico un poco al gran autor que es Cortázar poniendo este extraordinario libro que, en mi opinión, es el mejor de este argentino que ha sido influenciado por casi todo lo que me gusta.

¿Por qué se me presentó la ocasión? Un hecho pequeño pero divertido, cotidiano pero definitivamente de los que te dejan pensando, corto pero, con suerte, de los que dejan buenas lecciones. O sea... sí, este post viene con historia. Pero en serio, sigan leyendo. Creo que la causa es buena.

¿Qué leo?
Fue el sábado pasado, yo sentado en una tribuna mirando un concurso de equitación y entre esas conversaciones con personas que conoces de vista, alguien me comentó que le encantaba leer. La conversación se extendió y esta persona me cuenta que ha leído siempre mucho, pero casi todo en inglés, y que además tiene muchas dudas sobre lo que debería leer. Prometí recomendarle algo, así que acá está este post. Cierto que pude haber mandado un mail con una lista, pero la verdad si hay que dar explicaciones, fue una pregunta que no me habían hecho hace mucho. Llegué a mi casa pensando en ella. ¿Por qué la obsesión? Porque lo primero que me pasó por la cabeza fue que si pudiera trazar un camino perfecto como lector, es decir, si se me diera la oportunidad de volver atrás y escoger el orden en que leería cada libro de mi vida, la elección sería sumamente difícil. Llega un punto, en el medio, en que descubres tu propio camino. Y el final no lo sabemos nunca. Pero, ¿y el comienzo?

Así que a esa persona: es una pregunta muy complicada la que me hiciste. Pero me pediste que te recomendara algo y este blog es en parte para eso. Compartir la experiencia de libros y también cambiar opiniones. Seguro que hay diferentes tipos de lectores y diferentes tipos de libros. Pero alguien que quiere empezar a leer en español... ¿Un clásico? ¿Algo muy moderno? ¿Algo muy antiguo? ¿Algo muy personal? ¿Algo muy popular? Pero la respuesta, como siempre, está en el tiempo. Creo que ya sé qué contestarte. O qué contestarme, en todo caso. "Vuelve a los inicios". Siempre volver a los inicios.

Comienzos posibles
Pensé muchísimos trazados diferentes para esa ruta de empezar a leer en español. Desde luego, una obra traducida no tenía mucho sentido. Entonces... ¿Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Góngora? Bueno... sí, son grandes autores y todo. Pero esa forma convencional de empezar, ese orden maniático y cronológico (tan de colegio), ¿es verdaderamente el mejor? Quizás sería bueno empezar por un grande, o un autor vivo. O quizás por mi libro favorito... O quizás...

En fin. Debo decir que no estoy convencido de haber elegido la mejor opción posible. Pero sí estoy seguro de una cosa. He elegido la opción que, personalmente, me daría a mí mismo si tuviera que elegir otra historia para mi propia vida de lector. Mi primer libro fue El conde de Montecristo. Y por razones que algún día comentaré en este blog, nunca lo terminé. Pero gracias a ese libro y a la persona que me lo regaló, nunca he vuelto a dejar de leer aunque sea una página antes de dormir.

Y creo que ese es el punto. Que cada comienzo es personal, relativo y único. Depende del contexto, de la edad, del momento, de la persona. Esto que hago, darle un comienzo a alguien, es todo lo que puedo ofrecer. Que sirva o no, sólo es algo que puedo esperar y que escapa absolutamente a mis manos. También quizás por eso mi colegio frustró a tantos potenciales lectores. En fin... Lo cierto es que cuando pensé que la respuesta era volver a los inicios, supe que este era el libro que quería recomendar. Y punto.

Ahora sí, Cortázar

Y ahora. ¿Por qué Historias de cronopios y de famas? Porque cuando leo, me pasa como con la música. Doy siempre un paso atrás. A Poe lo conocí leyendo Kafka. A Faulkner, leyendo Lobo Antunes. A Flaubert, leyendo a Vargas Llosa. Lo que digo es que buscar las influencias es una buena manera de hacerse lector. Es una forma de conocer las bases de nuestros autores favoritos, y a la vez de llegar a nuevas cosas que pueden gustarnos. Con la gran oferta que existe hoy en día, elegir el libro correcto es difícil, pero una vez que uno tiene una piedra angular en base a la cual moverse, creo que el camino se vuelve más fácil. Con esto no digo que uno se encierra en un canon, sino más bien que uno construye un margen que puede irse extendiendo hasta abarcar los libros más diversos que uno llegue a leer en su vida.

Historias de cronopios y de famas es un libro del absurdo. Es una de las obras cumbre de la literatura fantástica, surrealista y experimental; pero también de la literatura latinoamericana. Y sobre todo, es la apertura ideal para este gran y enigmático autor que es Julio Cortázar, uno de los mejores cuentistas de todos los tiempos. Y sobre todo, es una puerta. Creo que es un libro lleno de curiosidades y que no se agota rápido. Es un libro que te hace preguntar más, que te hace buscar hacia atrás, que te hace descubrir lo maravilloso que es querer leer más de un autor y de aquellos que lo influyeron. Porque pese a ser experimental; es también básico y esencial. Porque vuelve al inicio. Y, porque pasa lo que en las grandes obras: que cuando salimos de ellas tenemos la sensación de salir transformados de una habitación que no conocíamos y en la que descubrimos algo maravilloso. Pero el comienzo no es nada más que ese vistazo de curioso a través de un ojo de cerradura.

-0-

Recomendable: Divertido e irreverente, para cuando a uno le da la gana de no hacerle caso al mundo. Para cuando el absurdo tiene sentido, aunque solo sea para uno mismo. Para empezar.
Se lo regalaría a: L., la persona que inspiró este post. También le agradecería haberme pedido esa recomendación que derivó en una reflexión tan intrincada. En fin, suele pasar. Es un verdadero gusto haberte conocido, y cuéntame si sirvió de algo la recomendación.

Ficha técnica:
Cortázar, Julio
Historias de cronopios y de famas - Punto de Lectura
(Narrativa); 2007
160 p.; 11x18 cm.
ISBN: 9788466320290



-0-
"Qué maravillosa ocupación cortarle la pata a una araña, ponerla en un sobre, escribir Señor Ministro de Relaciones Exteriores, agregar la dirección, bajar a saltos la escalera, despachar la carta en el correo de la esquina.

Qué maravillosa ocupación ir andando por el bulevar Arago contando los árboles, y cada cinco castaños detenerse un momento sobre un solo pie y esperar que alguien mire, y entonces soltar un grito seco y breve, girar como una peonza, con los brazos bien abiertos, idéntico al ave cakuy que se duele en los árboles del norte argentino.
Qué maravillosa ocupación entrar en un café y pedir azúcar, otra vez azúcar, tres o cuatro veces azúcar, e ir formando un montón en el centro de la mesa, mientras crece la ira en los mostradores y debajo de los delantales blancos, y exactamente en medio del montón escupir suavemente, y seguir el descenso del pequeño glaciar de saliva, oír el ruido de piedras rotas que lo acompaña y que nace de las gargantas contraídas de cinco parroquianos y del patrón, hombre honesto a sus horas.

Qué maravillosa ocupación tomar el ómnibus, bajarse delante del Ministerio, abrirse paso a golpes de sobres con sellos, dejar atrás al último secretario y entrar, firme y serio, en el gran despacho de espejos, exactamente en el momento en que un ujier vestido de azul entrega al Ministro una carta, y verlo abrir el sobre con una plegadera de origen histórico, meter dos dedos delicados y retirar la pata de araña, quedarse mirándola, y entonces imitar el zumbido de una mosca y ver cómo el Ministro palidece, quiere tirar la pata pero no puede, está atrapado por la pata, y darle la espalda y salir, silbando, anunciando en los pasillos la renuncia del Ministro, y saber que al día siguiente entrarán las tropas enemigas y todo se irá al diablo y será un jueves de un mes impar de un año bisiesto.
"

lunes, octubre 08, 2007

Génesis

Un hombre que vuelve debe:

hacerse productivo,
rebuscar entre las cosas de su cuarto,
procurar no emborracharse (demasiado seguido)
cambiar su dieta,
memorizar el nombre de las calles (evitar perderse a toda costa),
dormir a horas decentes,
cumplir con la medicación,
llamar a los amigos (organizar encuentros imposibles de cumplir),
abrir una cuenta bancaria,
pasar tiempo con sus mascotas,
besar a una muchacha (de preferencia recién conocida),
evitar caer,
no temerle al fin,
volver a los inicios.