domingo, agosto 31, 2008

Tengo fe en el septiembre que vendrá

Ahora sé que ella encontrará por ahí a algún otro infeliz mejor que yo con quién llenar su vida. Ahora sé que mi perro siempre me hará sonreír porque no sé cómo acostumbrarme a él. La ciudad ha sido siempre gris antes que yo me diera cuenta de lo que eso significa, y mi familia camina por los pasillos de esta casa sin darse cuenta lo pequeña que es, aunque se gasten vidas en andar de una habitación a otra. Sé también, y lo he aprendido, que agosto es el espejo exacto de los tiempos que se bifurcan. Ni pasados ni presentes, sino ambas cosas. Agosto es el eterno catecismo de los asesinos como yo.

Y es que verán, yo tengo fe en el septiembre que vendrá. Quizás todos los meses sean enemigos. Pero agosto es especialmente despiadado y septiembre es el mes que toda mi vida me ha prometido cobijo y nunca me lo ha dado. Septiembre es el mes que vive dándome la espalda cuando más lo necesito. Pero yo tengo fe. Porque aunque uno pueda estar golpeado, destruido o incluso derrotado, a veces la vida consiste en mirar el siguiente mes como el refugio que no es, de aceptar sus cosas malas y vivirlo con fe, aunque sea una falsa ilusión. Hay mentiras que sencillamente son demasiado hermosas como para no creerlas aunque sea unos momentos.

Y así como en agosto uno tiene el reto terrible de buscar cómo sobrevivirlo, y así como, mirando al cielo de esta ciudad eternamente gris, descubro que todas las cosas que espero, las que me duelen y las que no, son sencillamente ese milagro; yo siempre tendré fe en septiembre, en ese mes que nunca dejará de traicionarme. Y es que, así como agosto siempre será cruel y siempre estará rodeado de fantasmas, septiembre es ese ratito de la vida en que todo puede salir mal, pero uno descubre que las cosas pasan demasiado rápido como para no arrancarles el milagro que encierran. Y que el tiempo pasa, aunque las huellas queden. El tiempo siempre, por mucho que nos duela o reconforte, se consume junto con nuestras vidas. Y en septiembre, después de haber padecido un mes entero de caídas, tenemos la promesa tácita de que esas huellas se conviertan en lo más fuerte de nosotros. Y, si tenemos fe, de ser nosotros mismos esas huellas.

lunes, agosto 18, 2008

El corazón delator // Edgar Allan Poe

Clásico, pero infalible. Cuando me hablan de literatura experimental, sé inmediatamente que me pueden estar hablando de prácticametne cualquier autor. Muchos autores que fueron considerados experimentales en su tiempo dejaron de serlo al fijar un estilo que otros seguirían. Por otro lado, sé también que la experimentación constante es un divagar que no siempre se presta a resultados. Así que prefiero dejar de lado el término y preguntarme un poco qué hay en Poe que nos fascina tanto. Y mejor aún, porque esa pregunta me resulta imposible: qué hay en Poe que me fascina a mí, personal, realtiva, únicamente. Pues bien, además de ser el autor que ha influido a prácticamente todos los autores que leo hoy en día, tengo que decir que este señor con biografía digna de novela mexicana (aunque corta y sin final feliz) hizo algo más que solo crear lo que conocemos como "cuento clásico". Creo que Poe fue el primer autor que escribió con ruido.

Ese famoso término, que algunos ya me han escuchado más de una vez, tiene que ver estrictamente con la prosa. No es, por un lado, la búsqueda de una musicalidad espacial, como podría ser el caso de Lobo Antunes. Ni tampoco algo más estridente como con Carver. Más bien creo que se trata de la sensación que produce la prosa. Es decir, que la voz del narrador se ve como distante, como sumergida detrás de una pantalla que es ese ruido del que hablo. ¿Cómo se crea esa pantalla? Pues allí está la cuestión: algunos lo hacen con el lenguaje (me incluyo entre los que intentan hacerlo), otros con la estructura o la técnica, pero algunos, particularmente los primeros autores que siguieron esta línea, lo hicieron mediante el argumento.

Esa es la sensación que me da Poe, y creo que este cuento es paradigmático en ese sentido. La voz del narrador es turbia, increíble, apagada pero precisa. Y sin embargo, su fuerza recae en su capacidad de renunciar al protagonismo: desconfiamos de su voz y tratamos constantemente de ver más allá, de encontrar la verdad de los hechos detrás del delirio, de apuntar con un dedo acusador los rasgos de locura que esa voz no llega a cubrir suficientemente bien.

Nada más que decir sobre este cuento tan famoso. Si no lo has leído todavía, hazlo, de verdad vale la pena. Es una gran introducción a Poe, pero sobre todo, a algo mucho más grande que él. Y eso es lo que hace un gran autor: abre, con su obra, un camino que lo excede, a la vez que lo inmortaliza. Uno empieza por sentir el ruido, como me pasó a mí hace tantos años, casi por error. Y luego escucha, en un pálpito fugaz, una fracción de la melodía. Y entiendes qué tan musical puede ser el ruido. Luego la obsesión, el corazón que late debajo de tus pies.

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Recomendable: Para cuando hay que llenar el cuarto de ruido.
Se lo regalaría a: Kevin Shields.

Whisky con link: El corazón delator

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"Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado, escuchando... tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte.

Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena... ¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce, cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien."

lunes, agosto 11, 2008

Noticias y necesidades

Bueno, en realidad no es lo uno ni lo otro. Ni noticias porque no creo que sea un evento digno de ese nombre ni necesidades porque si no existiera me las ingeniaría igual. Tampoco un capricho, porque si fuera solo eso no lo habría hecho. La cuestión es que existe y ya. Y que lo estoy disfrutando. Así que aprovecho para contarles que mi necesidad me lleva a traer noticias: terminada está la amenaza del sitio web personal. No hay mucho más qué añadir, salvo quizás que la idea de este blog siempre ha sido mantener un lazo con la literatura por medio de reseñas y escritos personales, pero que siempre he querido hacer algo un poco más personal. Diríase algo más íntimo.

Así que les va, con nuevo blog incluido. Lo cual no significa que este deje de ser como ha venido siendo. Quizás se trata de un complemento, quizás de una línea paralela. Sea como sea, están invitados a pasar por él. Como siempre, las puertas abiertas, el bar lleno de whisky y las ganas de escuchar de todos ustedes siguen haciéndola de cartel de bienvenida. Salud con todos y nos vemos entre los garabatos.

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