viernes, marzo 23, 2007

Canción imposible

No hay canción. Contigo no hay canción posible. Es decir, ni lo uno ni lo otro. Ni la canción que suene a melodía ni posibilidad de que eso cambie. En el fondo simplemente pasa por decir algo que más bien he enmudecido: que contigo fui feliz y el resto ya es esa canción que no existirá nunca.

Todo hombre avezado busca su tormenta. Todo aquél que pretende el heroísmo es alguna vez un náufrago. Y buscan tantos sueños locos y buscan amores que golpeen como un rayo feroz y aplastante, como un giro de espada sobre un cuello desnudo y entregado. Y buscan mujeres convertidas en fantasmas y las capturan en vitrinas para sentirse orgullosos. Pero no saben que jamás las poseerán completamente; que el fantasma, intangible como es, no puede ser detenido por un muro.

Y yo era como ellos. Basta con mirar esas canciones que sí fueron. La mujer que desbocaba mi cordura, el ángel que ofreció salvarme, la muchacha que sólo contemplé desde el silencio de unos pocos ratos. Nacieron desde la miseria de mi nombre, de mi incapacidad de hallarles, de mis ansias de contemplar lo que es inexpugnable.

Pero ese no es más mi sueño. En el fondo, jamás lo fue. Hoy entiendo que el imposible es justamente eso. Y lo es para que aprendamos sólo del andar a él o con él, o para él, o no aprendamos nada si ese es su capricho. Pero finalmente, eso es lo de menos. En ti no busqué nada, pero he encontrado; en ti no necesité canción porque tus palabras echaron velo en el silencio; a ti pude quererte porque no había nada más que hacer contigo. Y en ti existe aquello que ningún fantasma tendrá nunca: un don cotidiano, una sonrisa que no golpea pero llena, una mirada que me cautiva sin llegar al miedo, una voz que sabe conducirme a reír de un mundo que también rió a costa mía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Exelente, me gustó mucho leerlo!!!,refleja muchas cosas que hoy me toca vivir.