miércoles, julio 18, 2007

Ejercicios de estilo // Raymond Queneau

Realmente me gustan esos libros que rozan el límite entre lo literario y lo "algo más". No porque uno tenga que esforzarse y armar toda una teoría para justificar que sean arte, sino porque tienen un atisbo de elementos tangibles, una especie de flirteo con aquello que la literatura justamente trata de abstraer: la realidad. De ahí mi afán por la delirante antropología de Bruce Chatwin, o mi fascinación por cierta obra de Nabokov, los libros de viaje, aquellas otras obras que nacieron no con un fin literario, sino de cualquier otro tipo. Sobre este libro no sé demasiado, así que no puedo asegurar la intención clara del autor. Podría ser un manifiesto como podría ser un ejemplo.


Raymond Queneau es el francés que fundaría ese movimiento literario de los 60' llamado OuLiPo, al que pertenecerían autores de la talla de Georges Perec y el mismo Ítalo Calvino. Con el objetivo de concebir una literatura basada en la restricción formal, el concepto de este movimiento se basaba en auto-imponerse limitaciones al momento de escribir, para luego sortearlas y lograr con ello la aparición de la obra.

Pero en fin, no es este un post sobre el OuLiPo, ni tampoco sobre las muchas excelentes obras que emergieron de ahí. Pasa que con algunos libros, la idea en sí es una especie de representación de lo que uno supone o espera para ciertas cosas en su vida. Quizás eso es lo que me gusta tanto de ese "grupo" de libros que no son una obra para subrayar frases, sino para encontrar una mirada distinta, una visión del mundo que trasciende la nuestra o está colocada en cualquier otro lugar. Así es como leo yo, al menos, este Ejercicios de estilo que tiene mucho y poco de literario. El concepto es sencillo: una historia de lo más cotidiana y trivial. Luego, contarla de 99 formas diferentes, siguiendo un estilo impuesto por el título colocado a cada versión.

Y si bien es cierto el libro es una especie de paradigma para el OuLiPo, yo me pregunto si no es más bien ese continuo preguntarse qué hubiéramos hecho diferente, ese decidir de todos los días de "cómo" o "en qué momento" decimos y hacemos las cosas. Y sobre todo, si una vez dichas no hay vuelta atrás. Si uno no puede simplemente autodeterminar su estilo y cambiar su versión de la historia, si todo eso es una gran mentira o simplemente es una forma de hacer arte. Yo qué sé. No siempre funciona, porque buscar alivio en la realidad probablemente es ingenuo. Pero de vez en cuando me gusta echarle mano a este libro y leer alguno de los ejercicios por azar. Sólo para saber que siempre hay otra forma de leer la misma historia. Y que eso, al fin y al cabo, la convierte en una historia completamente nueva.


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Recomendable: Para escritores en primer lugar. Para cuando necesitamos abrirnos la cabeza a como dé lugar.
Se lo regalaría a: Capaz que este es uno de esos libros que si se los regalas a alguien no entienden por qué diablos se los diste.
¿Tomarían harto whisky?: Porque en la portada del librito este aparece la foto de Queneau haciendo payasadas, y ya una vez había visto una foto de Georges Perec que más bien tiene pinta de vocalista de banda alternativa de rock. Así que ahora me queda la duda de si se reunían a compartir ideas o si todos en el OuLiPo andaban medio pasados de vueltas.


Ficha técnica:

Queneau, Raymond
Ejercicios de estilo - Ediciones Cátedra S.A.
1989
164 p.; 13x21 cm.
ISBN: 8437606756




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"Notaciones
En el S, a una hora de tráfico. Un tipo de unos veintiséis años, sombrero de fieltro con cordón en lugar de cinta, cuello muy largo como si se lo hubiesen estirado. La gente baja. El tipo en cuestión se enfada con un vecino. Le reprocha que lo empuje cada vez que pasa alguien. Tono llorón que se las da de duro. Al ver un sitio libre, se precipita sobre él.
Dos horas más tarde, lo encuentro en la plaza de Roma, delante de la estación de Saint-Lazare. Está con un compañero que le dice: "Deberías hacerte poner un botón más en el abrigo." Le indica dónde (en el escote) y por qué.

Sueño
Me parecía que todo era brumoso y anacrado en torno mío, con múltiples e indistintas presencias, entre las cuales, sin embargo, sólo se dibujaba con bastante nitidez la figura de un joven cuyo cuello demasiado largo parecía anunciar ya por sí solo el carácter a la vez cobarde y protestón del personaje. La cinta de su sombrero había sido reemplazada por un cordón trenzado. Reñía luego con un individuo al que yo no veía; después, como presa del miedo, se metía en la oscuridad de un pasillo.
Otra parte del sueño me lo muestra caminando a pleno sol delante de la estación de Saint-Lazare. Está con un compañero que le dice: "Deberías hacerte añadir un botón en el abrigo."
En eso, me desperté.

Metafóricamente
En el centro del día, tirado en el montón de sardinas viajeras de un coleóptero de abdomen blancuzco, un pollo de largo cuello desplumado arengó de pronto a una, tranquila, de entre ellas, y su lenguaje se desplegó por los aires, húmedo de protesta. Después, atraído por un vacío, el pajarito se precipitó sobre él.
En un triste desierto urbano, volví a verlo el mismo día, mientras se dejaba poner las peras a cuarto a causa de un botón cualquiera."

5 comentarios:

Minerva o Atenea dijo...

Ya se me ha antojado este libro. Espero ir a fastidiar a mi librero un día de estos. Saludos

Anónimo dijo...

Me dió mucha curiosidad. Como si fuera la llave para convertirse en escritor. A por él.

Cris Rivero dijo...

Hola: he hecho un enlace a tu blog en el mío: http://liquidohumor.blogspot.com, en la entrada de Cine: Atrapado en el tiempo. Por si lo quieres ver.
Saludos, CriX

A. dijo...

Magnífico especímen de biblioteca. Sirvió de inspiración a mi novelistalluvia.blogspot.com . Invitados todos a darse una vuelta.
Buena vida.

Quenerapú dijo...

Acorde con los tiempos que corren, Raymond Queneau acaba de añadir la versión Twitter: http://twitter.com/raymondqueneau

Traducción aquí:
http://www.flickr.com/photos/quenerapu/3465623646/

Un saludo