domingo, octubre 04, 2009

Caído -sanarán las alas antes que su cuerpo-

Viviré con las heridas sobre la ropa,
enemistado con las palabras que pronuncio, demasiado torpes para explicarte nada,
para hallar una solución de adultos.
Quizá porque crecí entre notas musicales
y todo lo que aprendí del mundo lo saqué de libros. No puedo ser mucho mejor que los personajes que morían
o los villanos en que al final me he convertido.
Amo como en los finales imposibles:
es difícil encontrarme libre, desencadenado.
Y amarte me resulta tan sencillo como eso,
pero perdonarme, también por eso mismo,
el único secreto que jamás sabré de mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

“La mayoría de las personas que conocemos no nos inspiran más que indiferencia; de modo que cuando en un ser depositamos grandes posibilidades de pena o de alegría para nuestro corazón, se nos figura que pertenece a otro mundo, se envuelve en poesía, convierte nuestra vida en una gran llanura donde nosotros no apreciamos más que la distancia que de él nos separa. Swann no podía por menos que inquietarse cuando se preguntaba lo que Odette sería para él en el porvenir”.

Anónimo dijo...

"Entre el alba y la noche hay un abismo
de agonías, de luces, de cuidados;
el rostro que se mira en los gastados

espejos de la noche no es el mismo.
El hoy fugaz es tenue y es eterno;
otro Cielo no esperes, ni otro Infierno".