Años después, una noche de insomnio, me di cuenta que me la había llevado a Buenos Aires, supongo que por asociación al momento de hacer las maletas. Descubrí que recordaba poco y nada de la novela en sí, así que empecé de nuevo a leerla. Y oh decepción. Fue triste y fue un error. No sé, como que nunca más fue lo mismo. Como que mi amor fue eso: esa muchacha que a los quince años te parece la mujer de tu vida, pero que cuando la encuentras años después en una reunión se ha quedado completamente en el pasado, y tú sólo puedes pensar "pero qué demonios tenía en la cabeza". No me parece que sea una mala novela. Tampoco creo que mis gustos me hallan llevado lejos, en absoluto. Pero es como si ahora lo mejor de Rayuela es que me llevó a adquirir un gusto genuino por Cortázar, gusto que conservo hasta hoy. Y sin embargo, ya no puedo dejar de ver a Oliveira como un tipo que murió ahogado en su fantasía adolescente, a la Maga como la mujer con la que nunca estaría porque sé que se trata, justamente, de un fantasma esquivo, hecho sólo para sentir dolor, todo lo cual está muy bien, hasta que descubres que en realidad el sufrimiento es la parte fácil de la vida y lo verdaderamente duro es hacerse fuerte para darse uno mismo la oportunidad de ser feliz.
Por otro lado, me gusta saber que no he olvidado del todo. Sigue siendo un libro que me atrae por la cantidad de lecturas que ofrece, por la manera como aborda el espacio interior de sus personajes, por cómo representa una época, no solo a nivel personal. Además, la escena que transcribo más abajo me parece sencillamente hermosa, una de las descripciones que más veces debo haber releído aisladamente. Finalmente, y para ser justos con la novela, no sé si me arrepiento de esa segunda lectura. Sé por un lado, que no habrá una tercera, al menos por ahora. Pero sé también que así como hay gente que uno preferiría no haberse reencontrado para mantener un buen recuerdo, es parte de la realidad afrontar el pasado y enfrentarse al cambio que uno mismo ha elegido para su vida. Qué sé yo, ni siquiera sé si este es un post para recomendar o para comentar. Quizás algún día no sea una historia triste (alguien me dijo una vez que esos amores adolescentes te persiguen para toda tu vida) y me den ganas de no haber escrito así sobre Rayuela. Pero saben qué, este post está aquí porque cuando pensaba en una novela sobre ese sentimiento y se me vino a la mente Rayuela, pensé "pero esa novela ya no me gusta". Y entonces se me vino una segunda pregunta, no sé si más adecuada, pero definitivamente mucho más válida: "¿la recomendaría?".
Y el resto, como dicen, es historia.
Se lo regalaría a: Un par de personas que se quedaron en el pasado.
Ficha técnica:

Rayuela - Punto de Lectura
(Narrativa); 2001
720 p.; 11x18 cm.
ISBN: 9788466304634
"En el pabellón de la izquierda se apagó la luz de la farmacia. Talita salió al patio, cerró con llave (se la veía muy bien a la luz del cielo estrellado y caliente) y se acercó indecisa a la fuente. Oliveira le silbó bajito, pero Talita siguió mirando el chorro de agua, y hasta acercó un dedo experimental y lo mantuvo un momento en el agua. Después cruzó el patio, pisoteando sin orden la rayuela, y desapareció debajo de la ventana de Oliveira. Todo había sido un poco como en las pinturas de Leonora Carrington, la noche con Talita y la rayuela, un entrecruzamiento de líneas ignorándose, un chorrito de agua en una fuente."