viernes, noviembre 23, 2007

El ojo // Vladimir Nabokov

Si hay alguien que sabe jugar con la identidad, ese es sin duda Nabokov. Sus personajes son siempre contradictorios (y quién no lo es, finalmente), cambiantes, poco confiables. Es como si al tomar alguno de los libros de este autor magnífico, uno estuviera metiéndose en un duelo de habilidad e inteligencia para no sentir que se le toma a uno el pelo. Pero si fuera solo una cuestión de entrar a un juego idiota del escondite, difícilmente Nabokov sería el gran autor que es. Más bien el golpe de dados está en que esos personajes cambian frente a nuestros ojos solo porque nosotros lo permitimos: las historias cambian de acuerdo al ojo con el que las leamos y allí es donde entra la mano del autor para tejer esa red fina y sutil que nos abre esa posibilidad.

El ojo es, pues, un paradigma de esa forma de literatura, que probablemente encuentra su mejor exponente (y me atrevo a decir que no solo en la obra nabokovniana) en la a todas luces extraordinaria Pálido fuego. La obra nos presenta a un extraño personaje cuya vida parece condenada a la más absoluta mediocridad, pero un giro dramático en su vida lo convierte en un expectador de un extraño y sospechoso palco escénico que transcurre en una casa de inmigrantes rusos, donde un enigmático personaje, Smúrov, intenta cortejar a una de las muchachas de la familia.

En una prosa limpia y magistral, con esa forma narrativa que tienta al lector a la desconfianza o la credibilidad, esta obra es un inicio perfecto para quien nunca ha leído a Nabokov, pero también un tour de force para todo aquel iniciado. Embellecida además por escenas típicamente nabokovnianas, este libro nos permite perdernos en la identidad de uno u otro personaje, jugar a ser nosotros mismos o nuestra imagen de fantasía del yo, observar desde un palco de lujo, o ser protagonistas de la obra.
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Recomendable: Para cuando queremos jugar a que el alma se nos sale del cuerpo y podemos vernos ahí abajo.
Se lo regalaría a: Gente de mente cerrada, lean este libro para que sepan que "el ojo" puede (y debe) ser de cualquiera.

Ficha técnica:
Nabokov, Vladimir
El ojo - Anagrama (Compactos)
1999
112 p.; 12x19 cm.
ISBN: 9788433966278





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"Algún tiempo después, si es que es posible hablar aquí de tiempo, quedó claro que el pensamiento humano mantiene su ímpetu después de la muerte. Me encontraba completamente enfajado: ¿era una mortaja?, ¿era simplemente la tensa oscuridad? Lo recordaba todo -mi nombre, la vida en la tierra- con perfecta claridad, y sentí un bienestar maravilloso en la idea de que ahora no había que preocuparse de nada. Con lógica maliciosa y despreocupada avancé de la sensación incomprensible de vendas apretadas a la idea de un hospital e, inmediatamente, obedeciendo a mi voluntad, se materializó a mi alrededor una espectral sala de hospital, y tenía vecinos, momias como yo, tres a cada lado. ¡Qué poderoso era el pensaiento huano, capaz de lanzarse como un rayo más allá de la muerte! Dios sabe por cuánto tiempo seguiría latiendo y creando imágenes después de que mi difunto cerebro hubiera dejado de servir para algo. El cráter familiar de un diente ahuecado seguía conmigo y, paradójicamente, esto me proporcionaba un alivio cómico. Sentía cierta curiosidad por saber cómo me habían enterrado, si había habido una misa de réquiem, y quién había asistido al funeral."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de terminar el libro que me regalaste... creo que voy a necesitar un whisky doble y una buena charla, porque me ha dejado un poquito consternada. Pero gracias igual!!

Travis Bickle dijo...

Acabo de terminar de leerlo. Ha sido una lucha constante en sacar alguna conclusión del texto. Llegas al último párrafo del libro y te sorprende la fuerza y el estilo de Nabokov sobre todos los personajes de la novela. Muy recomendable para lectores que tengan una forma diferente de ver la lectura.

Anónimo dijo...

Emepezé el libro esta noche y leer tu entrada me da muchas ansias y ganas de seguir leyendo! =)

Esther Sampedro dijo...

Es mi primer libro de Nabokov y ha llegado a mis manos por casualidad: un viaje inesperado y necesidad urgente por encontrar un libro para hacer el trayecto más ameno.

El inicio se me hizo un tanto tedioso... pero desde el primer giro inesperado ya no he podido despegarme de él. Narración ágil, giros impredecibles y un humor perverso.
En mi opinión: Muy recomendable!
Aquí dejo uno de los fragmentos que más me han gustado:
"Es tonto buscar una ley básica; todavía más tonto encontrarla. Un hombrecillo mezquino decide que todo el curso de la humanidad puede explicarse en términos de los signos del zodíaco, que giran insidiosamente, o como una lucha entre una barriga vacía y otra llena; contrata a un filisteo puntilloso para que actúe como secretario de Clío, e inicia un comercio al por mayor de épocas y masas; y, entonces, ay del individuum partcular, con sus dos pobres ues, que grita deseperadamente en medio de la densa vegetación de causas ecnómicas. Por suerte tales leyes no existen: un dolor de muelas puede costar una batalla, una llovizna cancelar una insurrección. Todo es fluido, todo depende del azar, y fueron en vano todos los esfuerzos de aquel burgués avinagrado con pantalones victorianos a cuadros, autor de Das Kapital, fruto del insomnio y de la jaqueca. Hay un placer estimulante en mirar hacia el pasado y preguntarse: ¿Qué hubiera ocurrido si...? y sustituir un acontecimiento fortuito por otro, observando cómo de un momento gris, estéril, mediocre de nuestras vidas surge un acontecimiento maravilloso y halagüeño que en realidad no había logrado florecer. Algo misterioso, esta estructura ramificada de la vida: en cada instante pasado percibimos una bifurcación , un "así" y un "de otro modo", con innumerables zigzags deslumbrantes que se bifurcan contra el fondo oscuro del pasado."