martes, diciembre 18, 2007

Carta de renuncia

he jurado matarlos antes que sus labios asquerosos me dirijan otra orden
él con su cara lastimera efímera estúpida sonrisa
y ella con su alquitrán blanco seco hedor ácido
y cortar en dos sus palabras sucias y sus pieles de cuero roídas
un enorme filo en sus entrañas
profundo clavado profundo fijado en el estómago sangrante piel podrida
ritmo cadencioso regocijo espasmos
y volver silbando
descubrir las sábanas de casa limpias cuando llegas
y decir hola a todo el mundo
y todo el mundo que sonría
nadie sospechará nunca que la sangre en que voy bañado por ahí
esa sangre espesa verde contaminada vieja
perteneció a ellos y nadie nunca me preguntará por qué
es navidad y a nadie le interesa
sus hijos son monstruos
y sus enemigos muchos
y yo hermoso como un lobo agazapado entre la niebla

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