Así comienza el verano, con neblinas dolientes, con un precipicio de arrecifes que cuenta vidas, una playa donde hicimos el amor intentando no hacer ruido, un día que pasa entre la ciudad y el mar, pero el mar ya no es el mar de antes, hay cuentos de calor y hay cuentos para el frío y yo no sé cuál soy, y hay recuerdos y hay fantasmas y hay sombras segando el futuro como la cabeza de un enemigo distraído y estoy yo y están las pesadillas y el ruido del mar me calma como siempre ha hecho, pero ni siquiera su vaivén de arpegios apaga mis gritos por la madrugada cuando me despierto con violencia, sudando una alfaguara gélida, dejándome la vida en intentar retener mi sueño, pero en cambio es de verano y el océano nos regala una visión, pero se lleva consigo los recuerdos.
3 comentarios:
El mar es memoria y olvido en vaivén incesante. El mismo pero otro. Siempre.
TESTIGO DE EXCEPCIÓN
Un mar, un mar es lo que necesito.
No una montaña, un río, un cielo.
No, Nada, nada,
únicamente un mar.
Tampoco quiero flores, manos,
Ni un corazón que me consuele.
No quiero un corazón
a cambio de otro corazón.
No quiero que me hablen de amor
a cambio del amor.
Yo sólo quiero un mar:
yo sólo necesito un mar.
Un agua de distancia,
un agua que no escape,
un agua misericordiosa
en que lavar mi corazón
y dejarlo a su orilla
para que sea empujado por sus olas,
lamido por su lengua de sal
que cicatriza heridas.
Un mar, un mar del que ser cómplice.
Un mar al que contarle todo.
Un mar, creedme, necesito un mar
donde llorar a mares
y que nadie lo note.
Con los ojos cerrados no se puede echar nada al mar...vente para Madrid
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