sábado, mayo 03, 2008

Acúname, muchacha, no te conformes con no oír

Recordar aquello que me hizo ser un niño. Y todo lo demás. Haberme alimentado de mis juegos a escondidas.

Tú estás loco, paras inventando historias.

Y saber que es cierto y escuchar

que debes ser más serio y buscar a Dios,

pero quizás primero debes buscar en ti, me dije, y escribí una historia. Los caballos la oyeron, los amigos se fueron, los padres evitaron encontrarla, los profesores dijeron

no,

eso no se parece a Dios.

De qué te quejas ahora. ¿Volver a ser un niño? Date cuenta: siempre, siempre has estado solo.

No hay comentarios.: